Fue un sector en auge que fue golpeado por el coronavirus.
Las compañías de infraestructura digital crecían en el poder cada año para celebrar Francia y desplegar 19,000 líneas un día antes de la crisis de salud.
Se evitó lo peor, es decir, el cese total. Pero la pandemia se ha ralentizado y continúa obstruyendo la cobertura de fibra óptica del territorio.
La Federación de Infranum, que reúne a más de 200 empresas del sector, encargó una auditoría por EY. Los hallazgos se presentaron hoy en una conferencia de prensa. Se desplegarían 5,3 millones de líneas de fibra óptica en 2020 en total.
En última instancia, solo deberían ser 4,3 millones. O 400,000 menos en los RIP rurales (Redes de Iniciativa Pública), 500,000 desaparecidos en áreas AMIII (áreas menos densas con Llamado al Evento de Intención e Inversión) y 100,000 carecerán en áreas densas.
Se llevará a cabo el Plan de flujo muy alto de Francia ?
El impacto habría sido menor si la pandemia hubiera ocurrido en 2017. Allí llegó a la altura del despliegue, en un momento récord. La recuperación promete ser compleja.
Sin embargo, es demasiado para concluir que no se cumplirán los objetivos del Plan de Débito Muy Alto de Francia. Como recordatorio, se trata de llevar el flujo muy alto a todos los hogares franceses para fines de 2022 y, en un 80% gracias a la tecnología de fibra óptica. La esperanza queda por desplegarse en una marcha forzada en 2022.
Si la actividad se ha ralentizado, se debe en parte a los gestos de barrera. Era necesario proporcionar equipo de protección a los equipos, dividir el equipo, los vehículos, ampliar los vestuarios y los sitios, lanzar un referente Covid responsable de hacer cumplir las nuevas reglas.
Y, sobre todo, obtener la reapertura de los sitios de construcción y la posibilidad de conducir. Sin embargo, sigue siendo difícil obtener autorizaciones administrativas y ponerse en contacto con fideicomisarios e individuos para conectarlos.
Esto, por cierto, ha aumentado el costo de colocar fibra óptica del 11 al 17% desde la recuperación. Un costo adicional que debería caer al 4% a partir de septiembre.
Sigue siendo un marcado arrepentimiento de amargura entre los industriales del sector. La infraestructura de telecomunicaciones hasta ahora no se ha considerado esencial, al igual que el agua o la electricidad.
Lo que explica por qué su actividad se suspendió parcialmente durante la contención. Esperan haber demostrado que las redes merecen este estatus y no sufrir las mismas dificultades de intervención en caso de que se repita una crisis de tal magnitud.